sábado, 14 de enero de 2012

*...de los jamases

La satisfacción de poder decir: "Lo hice"  sólo unos segundos después de que te dieran esa oportunidad. Ese orgullo que te recorre cuando haces algo bien y lo sabes.
Esa rabia que te llena cuando te equivocas en algo y esas ganas irrefrenables de arreglarlo.
Simplemente, darte cuenta que lo que hace apenas unos días te parecía un precipicio insalvable hoy es tan solo una grieta.
Y lo más importante, ser consciente de que si eres capaz de hacer esto hoy, dentro de unos meses cuando haya cambiado todo serás capaz de comerte el mundo.
Rendirse no es una opción, JAMÁS*, aunque creas que si, nunca lo será, al menos no una opción válida.


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