Dos
años, que se dice pronto. Dos años en los que poco a poco he tenido la suerte
de conocerte mejor, más allá del chico de Tui que descubrí el primer día de bachillerato y con el que desde que puedo recordar me he metido día tras día, siempre desde el cariño, por ser de uno de los lugares más bonitos que he tenido la suerte de visitar.
Sin darme cuenta y sin entender muy bien cómo, tengo la suerte de poder considerarme tu amiga y de considerarte mi amigo (espero que no pienses de otra forma porque si no esto es todo una enorme tontería colgada en internet).
Después de estos dos años, tengo que darte las gracias por todos los momentos que me regalaste hasta ahora: un montón de charlas nocturnas hasta las tantas, bromas, risas y carcajadas a mandíbula batiente, algún regalo y buenos recuerdos hasta aburrir.
Espero que disfrutes como nunca de tu día, porque te lo mereces y te lo digo más sinceramente de lo que se lo he dicho a nadie hasta el momento. Me alegro de poder celebrar tu 18 cumpleaños a tu lado, de poder tener esta suerte aunque ya apenas nos veamos.
Víctor, no cambies, porque nadie merece que lo hagas. Disfrútalos, tudense.