martes, 25 de junio de 2013

Nos pasamos la vida buscando la "perfección" sin darnos cuenta de que es esa perfección la que se esconde en la imperfección de las cosas.

viernes, 21 de junio de 2013

Bendito momento*

Pasa el tiempo y no nos damos cuenta de lo mucho que echamos de menos a las personas que están a unos cuantos kilómetros de aquí. Porque después de unos días sin hablar con alguien empezamos a "acostumbrarnos"  a su silencio, sin embargo, cuando, por cualquier motivo, se retoma la conversación, de golpe y sin esperarlo, nos damos de bruces con toda esa "morriña".
A veces echamos de menos tener conversaciones serias, otras, conversaciones de bromas constantes, pero pocas personas son capaces de hacer que creas que puedes hablar de cosas serias mientras bromeas, yo tengo la suerte de haber encontrado a un turolense que lo ha logrado.
Aún no se lo he dicho pero le debo demasiadas sonrisas y buenos momentos que algún día serán grandes anécdotas para mis nietos, aunque a veces llegue a creer que le odie, es mentira. Así que, Goncho: MIL GRACIÑAS.


                                                                                               *en el que me fui a Granada

lunes, 3 de junio de 2013

La música sonaba una noche más en aquel cuarto oscuro y borroso entre el humo que intentaba escapar por la rendija de una pequeña ventana. Nos perdíamos entre las sábanas de algo que nunca más repetiríamos, de algo que nos mataba a la vez que nos hacía más fuertes, que nos derretía mientras nos congelaba.

Bien alejados de la política, conste en acta.

La cuestión es quejarse, de lo que sea y cuanto más sin sentido sea mejor. Se cambian cosas para que todo vaya a mejor (pocas, cierto es) y aún así encontramos algo de lo que quejarnos bien alto sin darnos cuenta de que así lo único que conseguiremos es que dejen de cambiarse cosas, porque poco a poco, se va agotando a la gente, desgastándola.
En algún momento alguien gritará: "¡Basta!" y entonces es cuando nos daremos cuenta de que llevamos demasiado tiempo sobrepasando la línea. Maduremos ya, adultos y niños, todos.

domingo, 2 de junio de 2013

"Lo bueno que un día hicimos juntos, siempre quedará"

Una vez más este año, llegamos al final de algo, pero no de cualquier cosa. Nadie desde fuera puede entender lo que es estar ahí, en ese escenario diciendo unas cuantas frases sin sentido que a los dos días borraremos de nuestra cabeza (o no).

Para los que llevamos 14 años, los que entramos por primera vez en clase de teatro con solo 4 añitos a nuestras espaldas, acabar ayer esta obra ha sido el final de una etapa más que importante en nuestras vidas. Dejamos atrás un montón de cosas, miles de sonrisas, de carcajadas y de buenos momentos; dejamos atrás a un montón de compañeros de los que sabemos poco o casi nada y a otros que seguimos viendo cada día; dejamos atrás comidas en teatro porque la obra necesita ensayos... en definitiva, dejamos atrás todo eso que hace que el teatro sea lo que es.

Son muchos los recuerdos que me vienen a la cabeza al pensar en esa clase, desde infantil hasta ahora, como "actriz" y como "ayudante" recordando cuando era yo la enana a la que ayudaban a hacerse un moño... 

Quizá lleve una semana entera viendo acercarse este momento y no queriendo admitirlo, incluso al acabar la última obra, nuestra última obra como alumnos, cuesta darse cuenta de que ya se ha acabado, aún viendo a Willy llorar. Es posible que necesitemos unas horitas o unos días más para ser completamente conscientes de que esto se ha acabado.

Igual es obvio por la cantidad de cosas inconexas escritas hasta ahora pero es difícil plasmar todo lo que significa esto en unas cuantas palabras pero lo que sí tengo claro es que hay mucho que agradecer a dos personas que han estado siempre ahí, porque sin ellos nada habría sido igual o simplemente no habría sido, así que muchas gracias a Puri y  Willy por todo lo que, sabiéndolo o sin saberlo, han hecho por nosotros y por mí. Agradecer también a todos los compañeros que estuvieron ahí desde que yo era solo una renacuajo que andaba perdida entre telas y aros.... y a los que este año me han demostrado que las familias tienen muchas caras y formas de ser, porque cuando creces en esta actividad, sin pretenderlo, te das cuenta de todo lo que pueden significar un par de horas por semana.

Y sin quererlo, este año, rodeada de cambios continuos e inesperados a la vez que esperados, me he dado cuenta de todo lo que es esto para mí que llevo, como quién dice, toda la vida en esa clase, porque lo siento para los que no lo entiendan porque no saben lo que se pueden llegar a perder.

Son demasiadas las cosas que he aprendido, las que me quedan por aprender; muchas las cosas que agradecer y muchos momentos que guardar para mí los que he ganado con teatro así que solo nos queda esperar que el año que viene sea posible seguir, como mínimo, pasándome por la clase aunque, por descontado, cuento con poder volver como aquella enana de 4 años. En definitiva, esto no es una adiós, digamos que es un simple "Hasta luego".