domingo, 13 de enero de 2013

Una gota de lluvia perdida en el invierno.

Me derretía a cada paso que daba.
 Caía lluvia a chaparrones y su paraguas rojo se perdía entre las miles de gotas que morían a los pies de la mujer que se apresuraba en cruzar la calle.
No pude imaginar que  esa seria la última vez que vería ese paraguas entre la lluvia. Nunca pude siquiera plantearme la opción de que ella desaparecería para siempre, sin dejar rastro, como si no hubiera existido.
Supongo que con el invierno, con el frío, con la lluvia, llegó la soledad y la tristeza.

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