miércoles, 16 de enero de 2013

Como una pluma bailando en el viento.

La veía tumbada en el sofá, con ese vaquero corto que tan buenas piernas le hacía, con los pies apoyados sobre un montón de cojines. Se entretenía pintándose las uñas. Esta vez había escogido un color diferente, pero igual al resto. Era un azul cobalto, recordaba como, unos días antes, se me había acercado en la tienda mientras yo intentaba escoger una colonia que pudiera ser de su agrado, que le causara el mismo efecto que la suya causaba en mi. Se me había acercado, con esos ojos marrones fijos en mi, había puesto el bote de pintauñas a la altura de su nariz y había murmurado: "dime que no te encanta". 
Supuse que ese era uno de esos momentos sin importancia que dentro de unos cuantos meses habría olvidado, pero en ese momento, viéndola tumbada, despreocupadamente, soplándose para que se secaran mientras movía el pie al ritmo de la música, de su música, la que solo ella entendía,; no podía evitar sentir que estaba loca y perdidamente enamorado, como no lo había estado antes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario