La música sonaba una noche más en aquel cuarto oscuro y borroso entre el humo que intentaba escapar por la rendija de una pequeña ventana. Nos perdíamos entre las sábanas de algo que nunca más repetiríamos, de algo que nos mataba a la vez que nos hacía más fuertes, que nos derretía mientras nos congelaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario